Dado que se encuentran en un eterno duelo por ver quién habla primero, la presión me vence y decido salir de ahí. Me dirijo hacia un salón donde me estoy quedando y me acuesto en el piso, tratando de cubrirme con unas pocas sábanas de encuentro.

Al día siguiente, lo primero que hago es preguntarle a alguien qué ocurrió en la junta de ayer. Me informa que no se llegó a ninguna solución, pero que un grupo saldrá del campus en busca de otro refugio en unas horas, pues ya no se sienten seguros aquí. Además de formarse dos facciones: quienes prefieren ignorar los extraños acontecimientos y quienes quieren actuar al respecto.

No tardo en notar las actitudes violentas entre las dos divisiones y trato de mantenerme neutral. Sin embargo, pienso que no pasará mucho tiempo antes de que acabemos destruyéndonos entre nosotros, cuando el verdadero enemigo está afuera.

Esperaré a ver qué ocurre en los próximos días.